El OIRSA coordinó la mesa de Variables Climáticas y Sanidad Agropecuaria en el 35º foro para la Aplicación de Pronósticos a Seguridad Alimentaria y Nutricional, en donde se analizaron las plagas y enfermedades que pueden afectar a cultivos y animales en los países de la región, en base al pronóstico trimestral.
Miércoles, 25 de julio de 2018. El 56º Foro del Clima de América Central y el 35º Foro de Aplicaciones de los Pronósticos a la Seguridad Alimentaria y Nutricional se desarrollaron en Guatemala del 17 al 19 de julio del 2018. En ese contexto, el OIRSA presidió la mesa de Variables Climáticas y Sanidad Agropecuaria, donde, en función del pronóstico del clima, se determinaron los riesgos de las principales plagas que pueden afectar a cultivos y animales.
En cuanto al pronóstico del clima, se espera que durante la última quincena de julio y la primera de agosto se tenga un marcado descenso de las precipitaciones en la parte norte de la península de Yucatán y Belize; la región sur oriental de Guatemala; el occidente, centro y sur de Honduras; la mayor parte de El Salvador; la región central y Pacífica de Nicaragua y Costa Rica; Chiriquí, Panamá; y la República Dominicana.
Este pronóstico de sequia meteorológica, en el ámbito de la sanidad vegetal, proyecta la posibilidad del desarrollo de mangas de langosta voladora en Honduras, El Salvador, Guatemala y la región del Pacífico de Nicaragua. De la misma manera, pueden reaparecer brotes de descortezadores de pino. Mientras que en granos básicos -como sorgo o maíz- el descenso de las lluvias puede favorecer el incremento de plagas como el pulgón amarillo del sorgo, el cogollero y gusano medidor.
Ante esto, las principales recomendaciones contemplan incrementar la vigilancia epidemiológica para el monitoreo de las plagas mencionadas, realizar prospecciones de langosta voladora en la región, desarrollar procesos adecuados de desinfección del suelo y tratamiento de las semillas -sobre todo en plagas como cogollero y trazadores-, implementar sistemas de riego cuando este sea una posibilidad, entre otros.
En cuanto a la Salud Animal, la disminución de lluvia afectará la cantidad y calidad de alimento de los hatos ganaderos. Esto –sumado al incremento de la temperatura, la humedad y la presencia de polvo del Sahara– incidirá en una mayor proliferación de enfermedades del tipo viral y bacteriano. En ese sentido, se recomienda ajustar la carga animal en los potreros en función de la disponibilidad de pasto, establecer programas de almacenamiento de forrajes y uso de subproductos para los períodos de escases, y suplementar a los animales complejos de vitaminas y sales minerales que podría mejorar su condición nutricional.